0. ¡Aleluya!

1. Cuando Israel salió de Egipto, la casa de Jacob de un pueblo bárbaro,

2. se hizo Judá su santuario, Israel su dominio.

3. Lo vio la mar y huyó, retrocedió el Jordán,

4. los montes brincaron lo mismo que carneros, las colinas como corderillos.

5. Mar, ¿qué es lo que tienes para huir, y tú, Jordán, para retroceder,

6. montes, para saltar como carneros, colinas, como corderillos?

7. ¡Tiembla, tierra, ante la faz del Dueño, ante la faz del Dios de Jacob,

8. aquel que cambia la peña en un estanque, y el pedernal en una fuente!





“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina