Encontrados 41 resultados para: serpiente

  • No hay cabeza más temible que la de una serpiente, ni peor furor que el de una persona enemiga. (Sirácides (Eclesiástico) 25, 15)

  • «No te alegres tanto, Filistea, porque se quebró el bastón que te pegaba; pues del huevo de la culebra saldrá una víbora, que, a su vez, tendrá una serpiente voladora. (Isaías 14, 29)

  • Aquel día Yavé castigará con su espada firme, grande y pesada a la serpiente Leviatán, que siempre sale huyendo, a Leviatán, que es una serpiente astuta, y matará al dragón del mar. (Isaías 27, 1)

  • Allí tendrá su cueva la serpiente, pondrá sus huevos y se echará encima hasta que se abran; también allí se reunirán los buitres, (Isaías 34, 15)

  • Escúchenla que silba como una serpiente que huye, pues avanzan en masa contra ella, se echan sobre ella con sus hachas, como hace el leñador, (Jeremías 46, 22)

  • Entonces Daniel tomó resina, grasa y pelos y lo coció junto, hizo unas bolas y las metió en el hocico de la serpiente, que reventó en cuanto las tragó. Y Daniel dijo: «Esto es lo que ustedes adoraban. (Daniel 14, 27)

  • Al enterarse los babilonios de esto, se indignaron y se amotinaron contra el rey, diciendo: «El rey se ha hecho judío, destruyó a Bel, mató a la serpiente, y suprimió a los sacerdotes.» (Daniel 14, 28)

  • Si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los agarraré; si se ocultan de mi vista en el fondo del mar, allí mismo mandaré a la serpiente para que los muerda; (Amós 9, 3)

  • Morderán el polvo como la serpiente, como los reptiles que se arrastran por el suelo. Saldrán temblando de sus refugios, y en tu presencia se sentirán despavoridos y asustados. (Miqueas 7, 17)

  • Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma. (Evangelio según San Mateo 10, 16)

  • ¿Habrá un padre entre todos ustedes, que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan? (Evangelio según San Lucas 11, 11)

  • Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, (Evangelio según San Juan 3, 14)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina